Tenían que saber lo que estaba pasando allí
Ya no podía más, Pedro no podía con la incertidumbre ni un solo segundo más, no se quitaba de la cabeza el hecho de que alguien que no sabían quien era, deambulaba por el cementerio y le colocaba de vez en cuando rosas rojas en la tumba de su hijo Miguel. Teniendo ya las imágenes grabadas en la memoria USB no podía esperar para saber de quién se trataba para ver si podía hablar con esa persona y averiguar el por qué de sus ofrendas.

Tenían que saber lo que estaba pasando allí
Totalmente seguros
María trató una vez más de evadir a su marido pero no había manera, esta vez él estaba convencido al 100% y quería saber a toda costa de quién se trataba. Así pues, cuando ella vio que Pedro estaba de los nervios, accedió a que vieran juntos las imágenes y supieran juntos de una vez qué era lo que estaba pasando.

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