El creciente apego de Julián
Con el paso de las semanas, Julian se sintió más unido a los niños de lo que nunca había imaginado. Los años perdidos le oprimían el corazón, llenándolo de profundos remordimientos. “Me he perdido tanto”, se susurraba a sí mismo, observándolos desde lejos. Aunque la culpa le carcomía, dejó que alimentara su determinación de estar presente ahora. Cada acción se volvió más intencionada, impulsada por el inquebrantable deseo de recuperar el tiempo perdido.

El creciente apego de Julian
Buscando conversaciones
Decidido a salvar la distancia, Julian buscó insistentemente conversaciones sinceras con Elara. “¿Podemos hablar?”, le preguntó una noche. Ella dudó, pero acabó accediendo, y sus encuentros se convirtieron en intercambios profundos y emotivos. Julian no sólo buscaba el perdón: necesitaba la verdad. “Necesito saberlo, Elara -dijo, con una voz llena de urgencia. Cada conversación rompía los muros que los separaban, sacando a la luz emociones enterradas durante mucho tiempo. Era un proceso lento y doloroso, pero ambos sabían que era necesario.

En busca de conversaciones