El cariño creciente de Karen
Karen, una de las empleadas más dedicadas del refugio, había desarrollado un cariño especial por Rufus en las últimas semanas. Había algo en él que la hacía feliz cada día. Habían creado un vínculo especial cuando ella le daba de comer y lo sacaba a pasear. “Es muy leal”, informaba Karen con frecuencia a sus compañeros. Cada mañana, Rufus la saludaba con entusiasmo, como si tuviera algo vital que contarle.

El cariño creciente de Karen
Notar una diferencia
Karen empezó a observar que Rufus tenía reacciones variadas ante cada visitante. Aunque saludaba a todo el mundo agradablemente, se excitaba bastante con determinadas personas, casi más de lo habitual. A otros los miraba inquisitivamente. “Creo que ve algo en algunas personas que nosotros no vemos”, le dijo Karen a Jake una tarde. El comportamiento de Rufus no era aleatorio; parecía que tomaba decisiones basadas en algo que sólo él comprendía.

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