Una disputa sobre acusaciones
Los enfrentamientos entre Julian y Elara se convirtieron en un calvario diario, lleno de acusaciones acaloradas y arrebatos emocionales. “¿Cómo has podido hacerme esto?” Gritaba Julian, y su voz hacía temblar las paredes de su otrora apacible hogar. Elara, entre lágrimas, negaba rotundamente cualquier infidelidad. “Julian, te juro que nunca te he engañado”, gritaba, rogándole que confiara en ella. Pero la fe de Julian en ella se desmoronó, y el amor que una vez acariciaron se vio rápidamente consumido por una desconfianza y una ira abrumadoras.

Una disputa sobre acusaciones
Una decisión final
Incapaz de aceptar los llorosos desmentidos de Elara, Julian solicitó el divorcio, una decisión que fue tan rápida como angustiosa. Empaquetó sólo sus efectos personales, dejando atrás la vida que habían construido juntos. “No puedo quedarme aquí”, dijo antes de cerrar la puerta por última vez. Cuando se marchó, Elara se quedó sola en su casa vacía, con lágrimas en los ojos, viendo desaparecer al amor de su vida.

Una decisión final