Pensamientos no expresados
A pesar de intentar reprimir sus sentimientos de traición y dolor, Julian solía pensar en sus hijos. Ver a los niños jugando en el parque le hacía preguntarse cómo serían los suyos ahora. “¿Serán felices? ¿Se acuerdan de mí? Las preguntas sin respuesta le atormentaban, y el remordimiento de no haberlos visto desde el divorcio le roía el corazón. Cada día luchaba contra el impulso de acercarse a ellos, temiendo que al hacerlo sólo reabriría viejas heridas.

Pensamientos no expresados
Autocuestionamiento
Julian se preguntaba a menudo si marcharse había sido la decisión correcta. A altas horas de la noche, paseaba por el suelo, repasando sin cesar el pasado en su mente. Aunque ninguna otra explicación parecía plausible, algo seguía sin encajar. Sin embargo, cada vez que le asaltaban dudas, las reprimía rápidamente, convenciéndose de que había hecho lo que tenía que hacer. “No había otra explicación”, murmuraba, aferrándose a la única justificación que le proporcionaba un fugaz consuelo.

Autocuestionamiento